Sonrisa en cara ajena

 Un momento, entre fenomenología del Yo

No hables de tu felicidad 

con alguien menos feliz que tu.

Cuando no se tiene lo que se ama, 

es preciso amar lo que se tiene

El hombre que Calculaba  

Héctor Poleo. Detalle, Ocaso (1949)

 

 

 

 

Una necesidad es algo imprescindible para la vida y la preservación de la existencia, en este sentido, necesitamos darle significado a la vida, la felicidad, las gentes y las potencias humanas.

Lo vivido:
la experiencia con el otro...

El otro,
el otro que soy yo –ante ti-.
El otro que somos juntos. 

Nos alejamos, porque es necesario.
Nos acercamos porque es natural.
Nos juntamos para que en este instante es-sea:
sigo siendo yo contigo, en ti, desde mí.
 
Dice la sabiduría popular,
que lo que no cuesta poco se valora.
Así, solo lo que requiere de esfuerzo: se aprecia.
 
Ahora bien, la felicidad cuesta.
Cuesta caro
a precio de pujar
empujar…
 
y, obligar-se
a ser
a sentir
a vivir.
 
Muy a pesar de
las circunstancias.
Aún en contra de sí mismo,
del otro –que no soy yo-.
 
La felicidad cuesta,
es una quimera de placeres, hitos y metáforas.
Está hecha en parte por momentos,
pero no son los eventos alegres la felicidad en sí misma.
La felicidad es una vaca Mariposa.
 
Ser feliz es una cosa,
procurar felicidad otra
y, la felicidad –como tal-: una selva de bestias,
una batalla, una epopeya, una tragedia, una comedia
una novela, una serie de tv –sin spoilers-…
Una odalisca que se viste con mil velos.
Ser feliz es un reto al conocimiento,
desde y más allá del sentimiento,
es hacer de la felicidad un hecho posible –concreto-.
 
Felicidad:
Como poder
Como capacidad
Como actividad
Como actitud
Como sentir
Como programa ideológico
Como condición mental
Como arte, dominando la técnica
Como doctrina, siendo experto en su teoría.
Como dogma y mandamiento de vida.
Como práctica común, de manera que sea natural y no una interpretación teatral.  

 

Ser feliz es una meta próxima al alcance de la mano, servida como un banquete en medio de manjares  alucinógenos.  

 

A las 3 en todas pArtes

 

 

Una melodía compuesta entre bemoles:
tristeza, ira, frustración, ansiedad, enfermedad, ruina, soledad, rechazo, muerte...
Todos y más,
gratuitos en este Valle de lágrimas.

 

Enfrentar, ignorar, superar

se dice fácil 
El miedo, la guinda que corona este postre azúcar-amargo. 
Estos sorbos de in-felicidad -nos- llegan acompañados por un collage de rostros, palabras y golpes 
–sin buscarlos- nos interceptan como zelotes.

 

Aunque mierdas aparezcan por el sendero, 

no es menester pisarles, 

con evitar su hedor, y 

reconocerlos -en la distancia-  

por la línea del horizonte, 

basta.

 
Soy feliz
porque quiero
porque me da la gana
porque estar feliz es también una opción 

alternativa de vida: como quien vive y deja vivir. 

 
Sonrío
Sonríe
es  gratis
aunque me falten tres dientes: sonreiré
porque sí,
es mi mejor venganza.
 
Sonreír es necesario
aunque, a veces, para algunos
incomode y duela
sonrisa en cara ajena.
 
El costo de la felicidad
es obligarse a valorar, atesorar, preservar y amar
lo que se tiene
para lograr lo que se quiere. 

 

@RenizConZ

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