martes, 30 de junio de 2020

Gota que da vida


¿Quién motiva al animador?
¿Quién sana al médico?
¿Quién corrige al maestro?
¿Quién cura al cura?
¿Quién consuela al padre?
¿Quién arrulla a la madre ?
¿Quién salta de alegría con el niño?

Pareciera que cada cual es semejante a una aguja en un pajar, qué duro es, cuán difícil es vivir la plenitud de la vida.

Aunque nos encumbremos sobre nuestras fortalezas,  somos tan frágiles, tan volubles, y tan insaciables; como una gota surgida del océano.   

¿Puede el océano existir sin la gota?
Seguro que sí, pero, ¿Puede la gota subsistir sin el océano? Dejaría de ser gotita, se evaporaría y perdería su esencia. Más cuando El Océano y la Gota se juntan ¿Quién podrá separarlos? Así es cuando nuestro amor humano se junta con El Amor Verdadero.

El océano posee a la gota, y la gota posee al océano, la gota seguirá siendo gota en la medida en que encuentra su lugar en el océano.

El Océano es un ser insondable, abismal, temible y simple, la gota un ser finito, minúsculo, necesitado y complejo. Juntos, Océano y gota son un solo ser inigualable, allí está la profundidad de la gota y la sencillez del océano.

Pero, ten-go en cuenta, el océano está en la gota, pero la gota no es el océano. La gota no es un pedazo del océano, la gota le pertenece al océano: uno y otro son UNO en la medida en que son uno en sentido y esencia. La gota es nada y es todo en el océano, al ser nada el océano es todo, al ser todo está en dónde está el vasto océano y sin dejar de ser gota habita en la superficie, en las profundidades  y en sí-misma así como en las otras gotas. 

Si eres gota evaporada, esto será simple locura y escándalo. Si eres gota en El Océano: sonrié que -juntas- todas las gotas, se agitan de gozo al encontrar-se, la una en la otra y poder contemplar al Océano en cada una y en todas. 

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RenizConZ
 
 

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Corazón de madre